Operar Equipos de Forma Inteligente
Mantener las temperaturas adecuadas y las refrigeradoras en
3 ó 4° C. El termostato no siempre se ajusta con grados de temperatura y trae
números del 1 al 5 o similar. En estos casos, mantener en el 2, de ser posible.
Los refrigeradores no pueden desconectarse al final del día
como los aires acondicionados, por lo que son de uso continuo y constituyen un
buen porcentaje del consumo de energía mensual. Los refrigeradores actuales
consumen alrededor de 500 KWH/año. Hace 15 años usaban casi 1.800 KWH/año. La
tendencia para reducir el consumo de energía en los refrigeradores ha llevado
al aumento en un 25% de su espesor de aislamiento.
No mantener las puertas abiertas por mucho tiempo. Esto es especialmente
crítico en refrigeradoras de hasta 20 pies cúbicos y es más grave cuando están
instaladas en cocinas y lugares calientes. Lo más conveniente es reducir el
número de veces que se abren las puertas y no mantenerlas abiertas más de lo
necesario.
Cuando el producto se rota muy seguido, es decir, el cuarto
se vacía y se llena con frecuencia, se requiere mayor consumo de energía por la
nueva carga que se agrega al equipo y por el incremento del efecto de infiltración
de aire caliente. El uso de cortinas plásticas o antecá- maras reduce el
impacto del aire, pero el producto tendrá que enfriarse y lo importante es a
qué temperatura entra. En algunos casos, el producto ya viene refrigerado y eso
favorece a reducir el consumo; en otros, el producto entra caliente, por lo
cual hay que procurar eliminarlo o reducirlo.
No introducir productos recién cocidos al refrigerador o
cuarto frío, como gelatinas, leche o sopas. Esto obliga al equipo a enfriar un
producto muy caliente y el compresor operará forzado, acortando su tiempo de
vida y consumiendo más energía de lo normal. Lo correcto es dejarla enfriar
unas horas a temperatura ambiente y luego introducirla.
En casos donde el producto se requiere enfriar inmediatamente
desde una temperatura alta, como la carne recién destazada, lo mejor es contar
con dos equipos: un cuarto pequeño para manejar el volumen de producto que va
ingresando para enfriamiento rápido y otro más grande donde almacenar el
producto del día o la semana ya preenfriado.
Al descongelar comida o producto, se puede hacer un día para
otro y descongelar en la refrigeradora o en un cuarto de media temperatura.
Esto ayudará a reducir la carga del equipo.
Mantener las luces apagadas cuando no hay personal dentro
los cuartos fríos. Las luces deben ser de alta eficiencia y con capacidad para
operar en las bajas temperaturas. En caso contrario, se dañarán continuamente y
no valdrá la pena el gasto.
No almacenar líquidos en recipientes destapados en refrigeradores
o cuartos fríos. Los evaporadores deshidratan el aire dentro de y los líquidos
se evaporan e incrementan la carga de enfriamiento y la escarcha que se forma
adentro, lo cual reduce también la eficiencia.
Un congelador vacío a -18° C consume casi la misma cantidad
de energía que un congelador parcialmente lleno (hasta 2/3 de capacidad). No es
recomendable vaciarlo por completo, sino mantenerlo lleno.
No colocar el producto frente a las salidas de aire o en la
aspiración del motor. Esto elimina o deteriora el movimiento de aire necesario
en el cuarto para enfriar al resto de los productos. Lo mismo aplica al agrupar
el producto muy junto.
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